Friday, January 29, 2010

Encontrando tu lugar en el equipo

1. Contribuyendo a la unidad del equipo

Se ha construido la Organización sobre la base del compañerismo, y hemos escogido trabajar en equipos hechos de obreros de muchas nacionalidades, culturas, trasfondos sociales, membresía eclesiástica y niveles de educación. El obrero transcultural más útil es aquel que tiene un corazón abierto y una mente preparada, dispuesto a llegar a ser un miembro leal del equipo, aun al precio de ceder algo de su individualidad, pero a la vez seguro del llamado y de la dirección del Señor. No significa que servimos al hombre, pero sí creemos que nos servimos los unos a los otros y, en trabajar para fortalecer el equipo a que pertenecemos, servimos al Señor cuyo cuerpo somos.

Tal unidad en diversidad no es fácil para lograr ni mantener. Pablo apela a los cristianos en Éfeso que sean “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Ef 4:3), que nos habla claramente de la necesidad de trabajar para tal unidad. Y eso a pesar de que la unidad es un regalo (del Espíritu Santo), y basado en toda una serie de experiencias y convicciones en común (por lo menos siete según los versículos 4 y 5).

2. La unidad del equipo: Una lucha diaria

¿Por qué tenemos tal lucha en cuanto a las relaciones, aun en una Misión dedicada a una sola tarea de hacer conocido a Cristo? Aparte de la variedad amplia de trasfondos que tenemos, hay otras razones: los dones y llamados diferentes que hemos recibido (vv7-11), nuestra naturaleza caída como seres humanos, y la determinación del enemigo para causar división entre nosotros.

La confraternidad verdadera nunca se debe tomar por dada. Se necesita la demostración diaria de los valores cristianos como la humildad y la mansedumbre, la paciencia y la longanimidad, el amor y el perdón (v2). Nos llama a que paguemos atención con oración a nuestros pensamientos, nuestro hablar, nuestras actitudes y nuestras reacciones, para que no debilitemos ni destruyamos inconscientemente la unidad que Dios nos manda a mostrar mientras servimos a Él y el uno al otro.

Otras llaves para la confraternidad del equipo son que seamos honestos, abiertos y quebrantados los unos con los otros (1 Juan 1). Cada miembro tiene el deber de buscar cultivar relaciones cálidas y abiertas con todos los obreros en el campo. No basta conservar solamente un vínculo con la organización. Dios ha llamado a cada uno para estar en una confraternidad, y para ser un miembro funcional de un equipo. Es solamente cuando te relacionas en sumisión con esta confraternidad que tu propio ministerio tendrá bendición y fruto. “Someteos unos a otros en el temor de Dios” (Ef 5:21).

3. ¡El choque cultural dentro de nuestros equipos!

Otro aspecto de relaciones en el equipo es la mezcla cada vez más grande de nacionalidades y culturas en nuestra Misión. Generalmente el nuevo obrero está preparado mentalmente hasta cierto punto para el choque ocasionado por entrar en una nueva cultura. Pero, puede ser que está totalmente sin preparación para encontrar compañeros que piensan, hablan y actúan diferentes de lo que hace él. Puede ser especialmente difícil en un campo donde predomina una nacionalidad.

Estas diferencias pueden tomar varias formas. Los miembros de un equipo de países diferentes muestran valores diferentes en cuanto al uso de dinero, el recreo, el involucrarse socialmente, cómo hacer el trabajo, y cómo hacer el trabajo transcultural. Cómo disciplinar los niños puede ser algo de controversia y aun explosivo. El discipulado y devoción a Cristo se expresan diferente en culturas diferentes.

4. Un factor nuevo en la unidad del equipo: la internacionalización de nuestros equipos.

La verdadera internacionalización está llegando a ser una realidad en nuestra Misión. Muchos obreros de países no occidentales y no angloparlantes están entrando a la Organización, y tomando responsabilidades de liderazgo. Se están extendiendo nuestros horizontes continuamente. Hemos abrazado esta tendencia gozosamente, particularmente porque podemos ver el potencial tan enorme para crecimiento en lugares que tradicionalmente no han enviado misioneros.

Al mismo tiempo, tenemos que reconocer que la internacionalización trae consigo sus propios retos especiales. El nuevo obrero tiene que adaptarse no solamente a la cultura anfitriona, sino también a las tres, cinco o diez culturas diferentes representadas en el equipo de la Organización. A veces es difícil para el liderazgo poder interpretar correctamente las palabras y las acciones de los miembros del equipo. Puede ser difícil establecer un compañerismo profundo debido al caos en la superficie de las formas de pensar, perspectivas y actitudes diferentes.

He aquí, algunas sugerencias para promover y mantener armonía en un equipo multinacional:

• Toma tiempo para entender a cada persona. Esfuércete por aprender de su cultura y cosmovisión.

• Enfoque en las positivas. Concéntrate en ver a Jesús en el otro obrero y estés listo para aprender de la expresión única de Su vida divina en ellos.

• Dale a tu colega el beneficio de la duda. Cuando ves algo que te parece mal, pregúntate si puede ser un asunto cultural. Procura obtener todos los hechos antes de tomar acción.

• Anime a los que están débiles en inglés (o lo que sea el lenguaje del equipo) a que participe plenamente. Si su debilidad en el idioma hace que no atreven hablar, haz preguntas para solicitar su opinión.

• Permite libertad en los tiempos de alabanza y adoración. Anime a todos a orar en el idioma en que se sienten más cómodos. Considera la posibilidad de cantar algunas canciones en el lenguaje materno de los que están en la minoría. ¡No lastimará a la mayoría adaptarse al revés de vez en cuando!

• Estés considerado. Durante una discusión, los que hablan el lenguaje de la mayoría deben ser cuidadosos para hablar lento, claro y fuertemente para que todos entiendan.

• Lee la publicación de la Organizacin acerca de los “perfiles culturales” de las varias nacionalidades en tu equipo.

5. Las causas y los remedios para la falta de unidad en un equipo

Es significante que uno de los más conocidos, y más discutidos ejemplos de un desacuerdo en las Escrituras era entre dos obreros misioneros, Pablo y Bernabé (Hechos 15:36ss), y que sucedió muy pronto después de una victoria sobresaliente sobre división en la Iglesia. Nos sugiere que tenemos que ser más vigilantes y atentos en cuanto a la relaciones en el equipo cuando parece que todo va bien. El enemigo sabe cómo contraatacar y cambiar la victoria por la derrota.

En el ejemplo de “tal desacuerdo” entre estos dos siervos sobresalientes del Señor, la razón inmediata tenía que ver con un asunto de disciplina (¿En cuántas ocasiones los conflictos eclesiásticos son entre hombres de principios y hombres de perdón?) ¿Quién estaba en lo incorrecto? Lucas, el historiador inspirado, se cuida de no tomar ninguno de los dos lados. Es casi seguro que los dos estaban mal por no tomar tiempo para orar, razonar y llegar a un acuerdo. Se pueden resolver las tensiones interpersonales si seguimos orando y hablando, y nos determinamos entendernos. Si las tensiones siguen, puede ser necesario involucrar un tercero que los dos respetan.

Hay muchas causas de conflicto en las iglesias y en los equipos misioneros: el chisme, la falta de comunicación, falta de sumisión a la política del equipo, falta de disposición para aceptar las diferencias en personalidad, rivalidad, y mucho más. Hay que evitar deliberadamente estar involucrado en formar “partidos” (traducido ‘facciones’ en Gal 5:20. Nota del traductor: En la NIV en inglés es así, pero en la Reina Valera se traduce ‘herejías’). Las personas que comparten puntos de vista sobre asuntos como doctrina, otras personalidades, estrategias, política o relaciones con la Iglesia nacional pueden llegar a formar una asociación cercana que es dañina para la unidad global de la obra. Haz que tu confraternidad sea amplia en lugar de estrecha. Estés leal al equipo, aun cuando hay discusión, y no lleves los problemas del equipo fuera de la Misión.

6. ¿Debemos suprimir todos los desacuerdos?

Aunque parezca extraño, el conflicto puede ser productivo, y aun necesario, si lo maneja con amor. Como dice Truus Wierda en su gran librito entitulado Relationships (Relaciones):

El conflicto es inherente en la vida humana … no es necesariamente malo en sí. El conflicto es normal, natural y neutral. Es nuestra reacción al conflicto que determina si llega a ser una fuerza positiva o negativa en nuestra vida. Cada conflicto y crisis nos presenta con una oportunidad para crecer y madurar.

Seguramente fue cierto en cuanto al desacuerdo fuerte que llevó a la Iglesia al borde de división en Jerusalén (Hechos 15). Hubiera sido desastroso hacer caso omiso al desacuerdo sobre la cuestión de la circuncisión y la actitud cristiana hacia la ley de Moisés, y permitir que la discusión continuara. Una discusión sin transigir llevó a una decisión unánime para aceptar a los gentiles en la Iglesia sin tener que ceder a la cultura judía. Así que, quitó toda confusión y despejó el camino para una época nueva de testimonio cristiano y crecimiento de la Iglesia. Rara vez es posible tener la uniformidad en un grupo tan diverso como una iglesia local, o un equipo multicultural; por lo tanto, siempre habrá necesidad para discusión, explicación y aun posiblemente para reconciliación. El desacuerdo debe siempre llevar a la oración, la aceptación mutua, y el buscar la dirección del Señor para avanzar.

Cuando te sientes ofendido por un colega, no lo dejes. No pases por alto el hecho de que probablemente el enemigo influye para buscar causar división; no lo compartas con otros miembros del equipo, sino ten el valor para seguir el modelo bíblico en acercarse al otro con humildad y oración. Da tus heridas al Señor. Reconoce que a lo mejor compartes algo de la culpa. Dile a tu colega algo como: ‘Puede ser que te entendí mal, pero diste la impresión de que … ¿Estoy en lo correcto? Si no es así, por favor, explícamelo. Hablemos y oremos juntos hasta que haya pleno entendimiento, para que no haya nada entre nosotros.’ Si todavía te sientes que tu colega hace mal, atrévate a hablarle abiertamente y con amor acerca del asunto (Mateo 5:23-24). ‘El amor cubrirá multitud de pecados’ (1 Pedro 4:8). No significa ‘cubrir’ o esconder los pecados, sino confrontarlos en honestidad amorosa y en perdón.

7. Reconociendo la importancia de la conferencia del campo anual

Dos de los propósitos principales de la conferencia anual son fortalecer la unidad del equipo, y clarificar las metas del equipo. Si está bien organizada y con suficiente tiempo debe ser, de muchas maneras, el punto culminante del año. Debe proveer bastante oportunidad para diversión, compañerismo e interacción familiar, junto con discusión plena de los asuntos de negocios. La ministración de la Palabra, tiempos de testimonios, la oportunidad para recibir alguna capacitación, tiempos de orar el uno por el otro, generalmente en la presencia de delegados de las iglesias con que nos asociamos, todo esto puede contribuir a refrescar y renovar el equipo.

Es importante que llegues a la conferencia con un corazón abierto, listo para encontrarte con el Señor, y para entrar plenamente en las discusiones, pero no con la idea de pelear (defender?) un punto de vista en particular. Es bueno orar sobre la lista de asuntos de negocio , investigar todo lo posible sobre el trasfondo de los asuntos que se discutirán, pero también llegar preparado para dejar que el Señor le hable en formas nuevas a través de la Palabra y por medio de Sus obreros. Tenemos libertad para expresar nuestras convicciones, y aun desafiar las tradiciones del pasado; pero se debe hacerlo con sabiduría y cordura, para que la conferencia no llegue a ser un campo de batalla de opiniones en conflicto. Después de haber expresado nuestro punto de vista personal, y haber participado tanto como fuera posible en tomar decisiones, la lealtad debe hacer que nos sometamos al juicio del equipo.


SUGERENCIAS PARA LA APLICACIÓN

1. ¿Te sientes parte de tu equipo? Si la respuesta es no, ¿por qué consideras que te sientes así? ¿Qué pasos prácticos puedes tomar para resolver el asunto?

2. ¿Experimentas conflicto (interna o externamente) con miembros del equipo de un trasfondo cultural diferente? ¿Hay algunos pasos prácticos de las secciones cuatro, cinco o seis, que debes tomar para resolver este conflicto?

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